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28 jul 2024

CONSUMO DE TABACO

Tabaco: planta originaria de América.

Consumo de tabaco: suele ser mediante la elaboración de cigarrillos y cigarros puros a partir de las hojas curadas del tabaco.

Fumar: hábito de consumir tabaco, mediante la inhalación del humo producido por la combustión de los cigarrillos o puros.

Adicción de fumar: se produce por el efecto de la nicotina, presente en la composición del tabaco, sobre las neuronas cerebrales.

Tabaquismo: enfermedad adictiva crónica producida por la acción, directa e indirecta, del humo del tabaco sobre distintos órganos del cuerpo humano.

El tabaco es la primera causa evitable de enfermedades, de invalidez y de muerte prematura en el mundo. En España mueren 50.000 personas al año (150 personas al día) por el consumo de tabaco. De 4 fumadores, 2 mueren por enfermedades provocadas por fumar y 1 muere de muerte prematura, perdiendo entre 25 y 30 años de vida según lo previsto para su rango de edad.

¿Cómo se produce la adicción a fumar?

La nicotina, en su estructura, se parece a un neurotransmisor o sustancia que actúa en las neuronas del sistema nervioso central, la acetilcolina, que está relacionada con los circuitos de la memoria y de la recompensa. Por esta razón compiten entre sí para unirse a los mismos receptores. Esa competencia depende de la concentración en sangre de ambas sustancias, y como un cigarrillo contiene nicotina suficiente para ocupar el 50 % de los receptores de la acetilcolina del cerebro, es la nicotina la que consigue unirse a dichas neuronas. Además se produce un fenómeno de tolerancia, es decir, la activación del número de receptores es directamente proporcional a la concentración de nicotina en sangre, cuanta mayor concentración de nicotina hay en sangre mayor número de receptores se van activando. Como consecuencia, se llega a crear un círculo vicioso al tener la necesidad de fumar cada vez con más frecuencia para obtener la dosis necesaria de nicotina para unirse a los nuevos receptores activados.

¿Qué efecto tiene la nicotina en el organismo para que se produzca la adicción?

El humo del tabaco tiene mal sabor, produce un olor desagradable y afecta al funcionamiento normal del organismo humano, pero su inhalación produce un efecto contrario a lo esperado. En vez de un rechazo, produce el efecto de deseo de consumir.

A los 9-10 segundos de la primera calada o inhalación del humo de la combustión del tabaco, la nicotina llega al cerebro y se une a los receptores de la acetilcolina (pasando a llamarse receptores nicotínicos). Y empiezan las reacciones en cadena:

El efecto colinérgico normal de la acetilcolina disminuye en todos los órganos periféricos del cuerpo (corazón, boca, vejiga, ojos, etc.).

Al disminuir el efecto colinérgico aumenta el efecto periférico de la adrenalina, por ejemplo, con un aumento de la frecuencia del latido cardíaco, aumento de la tensión arterial, etc.

Pero la activación de las neuronas del núcleo accumbens del mesencéfalo se mantiene (es el circuito neuronal de la recompensa), produciendo una secreción de dopamina a la sangre. Y como el efecto rápido de la dopamina es el placer, se traduce en una sensación de recompensa inmediata, que contribuye a disminuir la sensación de los efectos negativos que se producen por la disminución del efecto de la acetilcolina y el aumento del efecto de la adrenalina y que refuerza la conducta de consumir la nicotina.

La unión de la nicotina con el receptor nicotínico suele durar 60 minutos. Pero los efectos sobre la acetilcolina, adrenalina y dopamina duran unos 20 minutos, por lo que las ganas de fumar aparecen antes de que los receptores nicotínicos se liberen de la nicotina. Así, si se realiza un consumo de tabaco antes de los 60 minutos, como consecuencia, se refuerza la tolerancia al producir un aumento del número de receptores nicotínicos en las neuronas. Este es el camino hacia la adicción.

En resumen, el número de receptores de nicotina depende del número de cigarrillos que se fuman al día. A más cigarrillos, más receptores nicotínicos, más adrenalina y más dopamina, lo que se desarrolla en una mayor dependencia física. Se produce una situación en la que el fumador no tiene capacidad para esperar a que se produzcan los primeros síntomas de abstinencia para fumar otro cigarrillo, pudiendo llegar a “encender un cigarrillo con otro”.

Además, la nicotina también estimula unos receptores de la mucosa de la boca y faringe, lo que contribuye al mantenimiento del consumo de tabaco mediante dos sistemas: uno relacionado con el sabor amargo del humo y otro con la activación neuronal de una parte de la corteza cerebral relacionado con el gusto y que se encuentra en la ínsula.


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