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21 sept 2024

EL ENVEJECIMIENTO

Se puede decir que, por frecuencia, el primer signo del envejecimiento es cuando se tiene “dificultad para trabajar después de estar toda la noche levantado”.

Entre los 34 y los 60 años se empiezan a producir cambios corporales leves, aunque alrededor de los 44 años existe un aumento de casos de enfermedades cardiovasculares y una disminución del metabolismo de la cafeína, el alcohol y las grasas (o lípidos). De los 60 hasta los 78 años los cambios están relacionados con el sistema inmune, el metabolismo de hidratos de carbono (diabetes) y la función renal. A partir de los 78 años, la vejez se considera instaurada.

Poco a poco van apareciendo:

En la piel: sequedad, pérdida de pelo y aparición de canas, arrugas en la frente y los ojos (“patas de gallo”).

En el aparato cardiovascular: hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, afectación de las arterias coronarias.

En el aparato urinario: disminuye la capacidad para concentrar la orina por lo que la frecuencia de micciones aumenta, sobre todo, por la noche (nicturia), y aparece la hipertrofia prostática en el hombre.

En el aparato digestivo: empieza la pérdida de piezas dentales, lo que dificulta una correcta alimentación. También puede aparecer estreñimiento por disminución del peristaltismo intestinal y por la inmovilidad.

En el sistema osteomuscular: disminuye un 30% de la masa muscular, disminuye la densidad ósea (osteoporosis) y aparece un desgaste articular (artrosis, sobre todo en la columna cervical y en articulaciones que han sufrido un traumatismo previo.).

En el cerebro: se produce una disminución de neuronas con la consiguiente disminución del rendimiento, pérdida de la memoria, sobre todo de los recuerdos a corto plazo, y periodos de confusión que no alteran una vida normal.

En los ojos: disminución gradual de la visión de cerca (presbicia), de la visión nocturna, del tamaño de la pupila. Y aparecen cataratas

En el oído: se produce una pérdida de la audición de altas frecuencias.

La vejez se caracteriza además por:

-Alteración del ritmo del sueño. El 90% de los ancianos sufren algún problema para dormir. El levantarse para orinar, la dificultad respiratoria al estar tumbado, el dolor propio de la artrosis, etc. pueden despertar a la persona. Por todo ello en la vejez no existe, de forma real, un sueño nocturno ininterrumpido, sino que hay una mezcla de vigilia, reposo, adormecimiento y sueño durante la noche.

-Normalmente se produce una nutrición deficitaria (menos de 1.000 calorías al día) debido a muchos factores:

  1. Menor sensación del gusto y del olfato.
  2. Problemas relacionados con la dentición (pérdida de piezas dentales, uso de prótesis).
  3. Disminución de la agudeza visual y sordera, enfermedades como la artrosis o la enfermedad de Parkinson que pueden llevar a una pérdida de la capacidad física impidiendo el poder obtener y preparar los alimentos. 
  4. Disminución en la sensación de sed con la consecuente disminución en la ingesta de líquidos lo que conlleva una mala digestión y una posible deshidratación.

-Cambios en la actividad física. La mayoría de los ancianos padecen una disminución de la movilidad con limitación de sus actividades cotidianas.  Las causas más frecuentes son:

·       La artrosis : enfermedad crónica progresiva que se manifiesta con dolor, deformidad y limitación de la movilidad articular. Normalmente sólo afecta a una articulación (manos, rodillas, columna vertebral o caderas).

·       La artritis reumatoide: es una enfermedad crónica sistémica frecuente que afecta a muchas articulaciones a la vez y de forma simétrica (con rigidez articular matutina diaria y prolongada, con tumefacción, dolor, deformidad y disminución de la movilidad). Afecta sobre todo a manos, muñecas, codos, rodillas, tobillos y pies.

·       Otras enfermedades: gota, traumatismos, osteoporosis, enfermedad de Parkinson, etc.

La inmovilidad supone un riesgo importantísimo en los ancianos y debe evitarse a toda costa. Puede llevar a desarrollar desnutrición, trombosis venosa, estreñimiento, úlceras de decúbito, incontinencia urinaria, infección pulmonar, depresión, etc.

-Cambios en la sexualidad:

La menopausia es el último período o regla que tiene una mujer y se sitúa alrededor de los 47 años de edad. Se confirma tras un año de amenorrea o sin regla, por lo que durante todo este tiempo se debe seguir utilizando un método anticonceptivo.

El climario es el período inmediatamente anterior y posterior a la menopausia, y comprende entre 10 a 15 años, durante los cuales la función de los ovarios disminuye y el cuerpo de la mujer va experimentando distintos cambios hormonales por disminución de los estrógenos (aparición de sofocos). o calores, sudores nocturnos, sequedad vaginal, taquicardia, dolores musculares…). Cuando la sequedad vaginal interfiere en las relaciones sexuales, conviene dedicar más tiempo al juego amoroso, las caricias y los masajes eróticos mejoran la lubricación vaginal, aunque también pueden usar vaselina, aceite de oliva, etc. no cambia con la menopausia. El deseo sexual puede reducirse temporalmente por otros problemas diferentes pero no por los cambios hormonales. En esta etapa las relaciones tienen muchas ventajas, desaparece el miedo al embarazo, se dispone de más tiempo y además, con los años, se gana en experiencia.

Los cambios sexuales masculinos que ocurren en el envejecimiento pueden asemejarse a la impotencia. La erección suele retrasarse y debilitarse, la sensibilidad peneana disminuye y el volumen del eyaculado, en general, es menor. Frecuentemente se produce un orgasmo sin eyaculación, lo que es importante que conozcan los dos miembros de la pareja. La detumescencia suele ocurrir más rápidamente después de la eyaculación y el periodo refractario, que es el tiempo necesario para que se produzca una nueva eyaculación, suele prolongarse hasta 12 o   24 horas en algunos casos.

Sin embargo, la experiencia y el control acumulados con los años por los varones ancianos, sobre todo cuando tienen una pareja conocida, pueden mejorar significativamente la función sexual con la edad.

RECOMENDACIONES:

  • Una dieta equilibrada es fundamental en un anciano con buen estado general. Esta debe estar basada en la ingesta de cinco grupos básicos de alimentos: lácteos, carnes, frutas, vegetales y cereales. Si se ingieren estos alimentos básicos se obtendrán aproximadamente 1.200 calorías. En el lado opuesto está el anciano obeso al que se debe recomendar siempre una dieta de adelgazamiento o mantenimiento, recordando que no debe perder más de 0,5-1 Kg por semana.
  • Disminuir el consumo de alcohol a partir de los 40 años para compensar la falta de metabolismo del mismo.
  • Hacer más ejercicio para proteger el corazón y mantener la masa muscular. También es importante reforzar los músculos pélvicos haciendo el ejercicio de contraer los músculos como “parar cortar el chorro de orina” manteniéndolo durante 15 segundos, durante 10 veces al día, para evitar la incontinencia urinaria o salida involuntaria de orina y para que las relaciones sexuales. sean más agradables.
  • Procurar mantener un descanso nocturno en la cama durante un mínimo de 6-7 horas, sabiendo que se van a producir varios despertares y momentos de sueño ligero. Evitar los productos para dormir (hipnóticos, ansiolíticos…..) porque pueden provocar caídas, por pérdida de equilibrio, al levantarse de la cama.
 

3 sept 2024

LA SEXUALIDAD. ¿SABÍAS QUE……..?

En 1974 la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyóentre los derechos humanos, el derecho a la salud sexual y a la capacidad de disfrute. Y el derecho a controlar la conducta sexual y reproductiva de acuerdo con la ética personal y social de cada individuo.

La búsqueda del placer es un deseo natural que tiene el ser humano para conseguir la supervivencia de la especie. Por ejemplo, el placer por consumir determinados alimentos consigue la nutrición de un individuo y su supervivencia, y el placer sexual consigue que se produzcan nuevos nacimientos y la supervivencia de la especie humana. En la búsqueda del placer sexual intervienen distintas conductas que lo propician: la capacidad de juego, la amistad y el amor de pareja.

El placer se consigue dejando libre la curiosidad propia del individuo, observando y probando lo que se puede hacer con la pareja y lo que no. Jugar con su cuerpo, tocando y palpando, para descubrir cada una de las partes que pueden producir más placer. Usar la imaginación y buscar lo que más le guste al otro (es importante que haya confianza mutua para poder informar, uno al otro, que lo que se está haciendo es placentero o no). Siempre teniendo en cuenta que en el acto sexual debe prevalecer el respeto, la confianza, la espontaneidad y la imaginación, para que cada vez sea más innovador y no se convierta en una costumbre que hay que cumplir.

Es importante que cada persona conozca su propio cuerpo y su mente. Cada uno debe conocer y reconocer los cambios físicos y emocionales que se van desarrollando durante su vida. El conocimiento y las creencias sobre de la propia sexualidad mejora la relación con la pareja.

  • Las mujeres que conocen su cuerpo saben las distintas zonas donde conseguir placer y los cambios que se van produciendo con la edad. Hay mujeres que consiguen placer al estimular su clítoris y otras al estimular su vagina (la vagina está rodeada de músculos que se pueden controlar de forma voluntaria y ayudan a sentir placer si se ejercitan frecuentemente). Por eso, aún sin tener útero ni ovarios, se puede sentir el mismo placer, ya que estos órganos no intervienen en las sensaciones sexuales.
  • Los hombres que conocen su cuerpo saben que el pene varía de forma y tamaño en las distintas etapas de su vida, y de un hombre a otro. Que el glande o punta del pene es una zona muy sensible al tacto, al igual que los testículos, y que por ello algunos hombres no soportan las caricias sobre estas zonas.

En el juego sexual actúan tres órganos del cuerpo, principalmente:

  1. EL CEREBRO: Es el órgano más importante en el acto sexual, por varios motivos. Controla la llegada de información desde el exterior (vista, olfato, tacto, etc.) y emite órdenes como respuesta a esa información. Además la compara con la que tiene ya guardada en la memoria, la procesa y la almacena para poder usarla en otras ocasiones. Permite tener fantasías sexuales placenteras o exóticas. Siempre que no existan  sensaciones de rechazo o de vergüenza ni sentimientos de culpa.
  2. LA PIEL: Es el mayor órgano sensual con el que cuenta el ser humano. Explorar el cuerpo de la pareja en su totalidad (siempre poniéndose de acuerdo previamente en lo que vale y en lo que no vale) concentrándose en buscar sensaciones corporales, aprender a relajarse y a percibir el deseo que el otro tiene por conocer su cuerpo y lo que le gusta, saber observar y responder a tiempo y con delicadeza cuando se hace algo que le gusta (o no) es un juego totalmente placentero y enriquecedor.
  3. LOS GENITALES: Son los órganos sexuales por excelencia. Son muy sensibles.Para poder incluirlos en el juego sensual deben ser acariciados totalmente, por todas partes (como jugar a los médicos). Siempre hay que observar las reacciones de la pareja porque sólo ella sabe lo que se está haciendo bien.

Para que el acto sexual sea un acto satisfactorio para ambos miembros de la pareja, se debe acabar con una serie de errores o mitos que existen con respecto al sexo:

“El hombre debe tener siempre una erección. La erección llega por sí sola cuando se disfruta del cuerpo y se está relajado. Con la edad, la erección espontánea desaparece parcial o totalmente, por lo que para que se produzca, casi siempre debe hacerse con una estimulación directa.

 Los hombres saben instintivamente lo que tienen que hacer para que su pareja disfrute”. Ellos no nacen sabiendo, tienen que aprender, como las mujeres, lo que le gusta a su pareja (entre otras razones porque a cada persona le gustan distintas cosas).

“El placer sexual está sólo en los genitales”. Cada persona encuentra el placer en una parte distinta de su cuerpo, cada uno debe descubrir cuál es esta zona. 

Los componentes del acto sexual son el deseo, la excitación (en el hombre se produce la erección del pene), el orgasmo (que incluye la eyaculación masculina) y la satisfacción o relajación. Esta secuencia no tiene por qué cumplirse siempre para decir que el acto sexual ha sido maravilloso. La pareja puede parar en cualquier momento, sin sentir culpa o frustración, siempre dependiendo de lo que se quiere en cada momento. Se pueden conseguir distintos placeres:

  • Jugar a acariciar.
  • Sentir un grado de excitación muy grande sin llegar al orgasmo.
  • Tener un orgasmo cada uno.
  • Tener varios orgasmos. Hay muchas mujeres que los experimentan en el mismo acto sexual si se sigue estimulando sus partes erógenas. El hombre, en cambio, cree que debe permanecer relajado durante un tiempo para poder llegar al segundo orgasmo, esto no es así y, si se olvida de esta secuencia, puede encontrarse con sorpresas agradables y tener varios orgasmos en el mismo acto sexual.
  • Sentir todo lo que la imaginación de la pareja sea capaz de experimentar de una forma espontánea y libre.