Para realizar una actividad, el cerebro humano la visualiza primero y
después la traduce a palabras que vamos “oyendo” conforme vamos haciendo esa
actividad.
Para transformar los hábitos que hemos
repetido a lo largo de mucho tiempo, hay que darle una nueva opción a las
propuestas que nos presenta el cerebro como posibles formas de realizar algo.
Para la prevención de los factores de
riesgo cardiovascular derivados de los hábitos que podemos tener, mis
propuestas son las siguientes, pero sólo son una posibilidad entre muchas:
NO FUMAR: “hoy me voy a
dedicar a hacer otras cosas”.
REDUCIR EL COLESTEROL:
“mi dieta es equilibrada, libre de grasas”.
VIGILAR LA TENSIÓN
ARTERIAL: “mis alimentos los aliño con poca sal, hago ejercicio todos los días
y me tomo la medicación siempre a la misma hora”.
CONTROLAR LA DIABETES:
“combino una dieta equilibrada, libre de azúcares añadidos, con
ejercicio físico diario y con el tratamiento médico”.
CUIDAR EL PESO: “estoy
adelgazando algo cada semana para después mantenerme en mi peso ideal”.
HACER EJERCICIO FÍSICO
de forma moderada y regular: “hago una actividad física variada cada día y
siento que tengo más energía”.
NO BEBER ALCOHOL: “mi
cuerpo sólo necesita agua para beber”.
EVITAR LAS SITUACIONES
DE ESTRÉS: “me tomo la vida con más calma, centrándome en el aquí y ahora”.
La teoría nos la sabemos pero llevarla a la práctica cuesta. Leí una vez que no se heredan enfermedades, sino hábitos y a veces nos cuesta cambiarlos por apego casi siempre.
ResponderEliminarAunque nunca es tarde para empezar 😉